SOBRE LA HIERBA
SOBRE LA HIERBA
-Respira, la vida nos asiste-
Vino el viento a decirte.
Por si acaso el amor te habla,
te pregunta si existes. Si existimos.
Si te asalta y rellena tus huesos
de ocre o de blanco. De silencios
ganados a las noches sin habla.
Por si acaso, te habla y resbala
su mano sobre el perímetro
de tu alma, por si muriéramos sin epicentro,
descalzos, o entre raíces, con los huesos hundidos
de tanto amarnos.
Por si acaso, háblale tú al amor
de nosotros. Que nos deje en solitario
o desahuciados. ¡Que no venga a por nosotros!
Ya asaltaremos su fortaleza.
Tú y yo, aquí, tendidos sobre la hierba.
Pongo tu mano sobre mi mano,
Sobre tu pecho.
Fuego en ti, presencia.
Jardín de transparencias sobre tu piel blanca.
Y espero a que tu savia me llene.
Me lleve. Me arrastre.
Y a mirada descubierta me fijo en tu rostro
como se anega.
Mientras voy hacia ti, mujer, destello.
Noche sin reposo.
Porque es hora de amar, de nacer de nuevo.
De girarnos hacia el horizonte que nos lleva.
Sobre este viento que nos recoge.
Aquí sobre esta flecha intangible,
Sobre el círculo de tus besos.
En la ciudad de tus pupilas.
En el universo que nos sostiene.
Sobre la hierba.
-Respira, la vida nos asiste-
Vino el viento a decirte.
Por si acaso el amor te habla,
te pregunta si existes. Si existimos.
Si te asalta y rellena tus huesos
de ocre o de blanco. De silencios
ganados a las noches sin habla.
Por si acaso, te habla y resbala
su mano sobre el perímetro
de tu alma, por si muriéramos sin epicentro,
descalzos, o entre raíces, con los huesos hundidos
de tanto amarnos.
Por si acaso, háblale tú al amor
de nosotros. Que nos deje en solitario
o desahuciados. ¡Que no venga a por nosotros!
Ya asaltaremos su fortaleza.
Tú y yo, aquí, tendidos sobre la hierba.
Pongo tu mano sobre mi mano,
Sobre tu pecho.
Fuego en ti, presencia.
Jardín de transparencias sobre tu piel blanca.
Y espero a que tu savia me llene.
Me lleve. Me arrastre.
Y a mirada descubierta me fijo en tu rostro
como se anega.
Mientras voy hacia ti, mujer, destello.
Noche sin reposo.
Porque es hora de amar, de nacer de nuevo.
De girarnos hacia el horizonte que nos lleva.
Sobre este viento que nos recoge.
Aquí sobre esta flecha intangible,
Sobre el círculo de tus besos.
En la ciudad de tus pupilas.
En el universo que nos sostiene.
Sobre la hierba.
2 comentarios
Octavia -
felipe -